El verano de un artista

Buenas tardes,

La semana pasada hice algo que pocas veces me sucede: ir a ver una película el viernes y necesitar volver al cine el domingo para disfrutarla de nuevo con viejos amigos.

El filme en cuestión es Leto («verano», en ruso) y se sitúa un año antes de la Perestroika. Cuenta el verano en el que el joven músico Víktor Tsoi conoce en una playa al líder de Zoopark, que ya ha empezado a tocar el Rock Club de Leningrado, estrictamente controlado por comisarios del Partido.

Pese a que la esposa del rockero se enamora del prometedor artista y se lo cuenta abiertamente a su pareja, ambos músicos mantendrán una estrecha amistad hasta su muerte temprana.

En el caso de Víktor Tsoi, tras arrasar en la Unión Soviética con la banda Kinó, que llevó el New Wave por aquellas tierras, moriría a los 28 años en un accidente de tráfico en las afueras de Riga. La noticia provocó el suicidio de 65 adolescentes de su país.

Dentro del coche aplastado contra un autobús encontraron un casete donde el artista había grabado las voces para el siguiente disco. Los miembros de su banda grabaron los instrumentos para este trabajo póstumo, que no podía tener un nombre más adecuado: Chorni Álbom, es decir, “el álbum negro”, y empieza con este temazo:

https://www.youtube.com/watch?v=gbRZvlzHJEo

¿Qué es lo que me ha impactado de este filme sobre un personaje del cual no tenía ni idea de su existencia?

Además de la relación entre los tres protagonistas, que se aman sin rencores en un tiempo en el que no se usaba la palabra poliamor, un gran acierto de la película es no abarcar la vida y muerte del protagonista, como casi todo los biopics.

Haciendo honor a su título, los 128 minutos de un bellísimo blanco y negro se centran en ese verano en el que el joven kazajo de padre coreano, partiendo de la nada se convierte en una estrella y da su primer concierto con banda en el Rock Club. Ahí termina la película, cuando brilla por primera vez.

En general no me gustan los biopics, con maravillosas excepciones como esta o Control, pero la parte que siempre me ha fascinado —en las películas y en la vida— es cómo nace un artista. Ya sabemos que tras es esplendor llega la decadencia y la muerte, los guiones de la vida no dan para más, pero a mí me atrae el momento justo en el que se desata el talento para iluminar el mundo.

Quizás por eso he dedicado tanta energía los últimos diez años a ejercer de sherpa literario.

Por otra parte, está la música. Los alumnos que me entrevistan en mis visitas a escuelas se sorprenden cuando, al preguntarme por mi vocación a su edad, siempre les digo que nunca fue ser escritor.

Desde muy pequeño lo que siempre me interesó fue la música. Quería componer bandas sonoras, tener una banda, hacer canciones y tocar en tugurios, como el protagonista de Leto.

No soy un buen instrumentista ni tengo la carrera de música, así que lo de las bandas sonoras quedó descartado. Sí tengo mucha facilidad para componer canciones, y también he hecho muchas letras para otros músicos.

Después de la vida fugaz de Hotel Guru, tuve durante ocho años la banda Nikosia. Grabamos unos cuantos discos. Después de eso, ningún intento de tener banda ha prosperado. Los músicos con los que he ido coincidiendo no tenían tiempo para quedar, vivían lejos o bien no nos hemos entendido.

Entiendo que la vida me dice que hay que aparcar lo de las bandas, ahora estoy en un proyecto musical mucho más tranquilo, pero igualmente bello. Junto a dos amigos y músicos infinitamente mejores que yo, Jordi Marquillas y Jordi Campoy, estamos haciendo un disco para Spotify.

Trabajamos cada uno desde casa. Yo compongo los temas de los meses impares (el primero fue Ichigo-ichiehttps://www.youtube.com/watch?v=QgZXnHBgj3M), Jordi Marquillas los pares y Jordi Campoy produce los temas. Mayormente es instrumental y aún no tenemos nombre para el proyecto.

Solo sabemos que a final de año habremos completado el álbum, que va dirigido a todas aquellas personas que trabajan desde casa y necesitan música inspiradora.

Es un proyecto menos trepidante que tocar con amigos en la playa o en los bares, pero la vida ha traído esto y doy las gracias a estos amables y talentosos artistas que me acompañan. Trabajando en zapatillas, cada cual desde su hogar, trataremos de aportar nuestro grano de belleza al mundo. Y va a haber algunas sorpresas.

Seguiremos informando :)))

¡Feliz semana!

PD. En la cabecera, sello de Rusia de 1999 dedicado a Víktor Tsoi.

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